miércoles, 27 de enero de 2010

El otro Ringo inolvidable



SOBRE EL GRAN ÓSCAR BONAVENA

El Comercio
Por: El Veco Periodista
Sábado 2 de Enero del 2010

Dos meses antes vino a despedirse a la redacción: “Clay me prometió otra ocasión, pero antes tengo que ganar un par de peleas. Me voy a Reno para hablar con un tal Joe Conforte. Lo tendré al tanto de todo”.

No lo vimos más. Óscar Natalio Bonavena, “Ringo” para todo el mundo del boxeo, sería asesinado (1976) frente a la puerta del Mustang Ranch, un burdel que regentaba “el tal Conforte”. Se dice que Bonavena había entrado en una relación particular con una amante del mencionado, que hubo un par de advertencias para que se fuera a otra parte. Una segunda versión expresó que Conforte le había prometido un dinero que demoraba en entregar, que “Ringo” lo solapeó ante varios integrantes de “la familia” y a partir de ese instante estaba sentenciado. Una bala para matar ciervos, disparada desde una ventana frente al Mustang Ranch, segó su vida para siempre. Tenía 33 años. Estaba casado con Dora Raffo y dejó dos hijos: Adriana y Óscar. Lo que también quedó en el saldo fue una vida novelesca que no sabemos cómo aún no ha sido llevada al cine.

CALLLE 33 Y LAS CASAS

Nació en Parque Patricios, hijo de una familia de origen italiano, uno de tantos que ganaban la calle a la mañana y regresaban cuando podían, sin horario. Se hizo hincha de Huracán, el grande del barrio, y recorrió todos los estadios con la bandera del club que honra la memoria de Jorge Newbery, domador de cielos en el globo de la audacia. Ringo hizo de todo y no lo ocultaba. Una tarde en Montevideo murió un delincuente de apellido Malito, tras una balacera de dos horas, casi de Dick Tracy. Cayeron varios policías y finalmente sucumbieron el referido y sus secuaces. Horas después llegó a la redacción, como tantas veces. “¿Se enteró de ese Malito que mataron hoy en su país?”.

— Sí, escuché algo

—Cuando éramos chicos robábamos caballos juntos en los descampados de Pompeya. ¡Mire si no hubiera agarrado para el lado del boxeo!

SU PELEÓN CON FRAZIER

El combate le permitió dar el gran salto. Perdió por puntos, aunque lo tuvo dos veces en el piso (ni Cassius Clay pudo hacerlo una sola vez) y a partir de aquel instante lo rodeó la plata grande y se hizo millonario. Fue la cabal “esperanza blanca” y los que estamos en el boxeo sabemos que tras el retiro de Rocky Marciano (1955) no hubo otro que determinara una legión de seguidores como la que provocó el pintoresco “Ringo”.

EL ÍDOLO DE NUEVA YORK

El 8 de marzo del 71, cuando fue el primer choque Clay-Frazier en el Madison Square Garden con victoria de Joe por puntos, compartimos una semana en Nueva York con Óscar y su familia. Su popularidad era increíble. Entraba a Mamá Leone, un popular restaurante italiano de Manhattan y el revuelo era inmediato. Llegábamos a Hipopótamos, un club privado de exigente aceptación y apenas se recortaba el rostro de “Ringo” las puertas se abrían de par en par. Era amigo de Burt Lancaster, el anunciador de lujo de aquella pelea y una famosa cantante inglesa de esos tiempos. Pettula Clark le pidió un autógrafo delante nuestro como si fuera una chiquilla sonrojada. La noche de la pelea Neil Armstrong se acercó para tomarse una foto con él y Frank Sinatra, a dos filas de su posición, lo saludó como si se tratara de Dean Martin o Sammy Davis Junior.

Una tarde en su casa de República de la India, en el barrio residencial de Palermo, nos mostró las escrituras de 28 departamentos y nos hizo un anuncio que originaría una ola de comentarios: había adquirido una suite del Alvear Palace Hotel, uno de los más tradicionales para la élite argentina. El “reo” de la Calle 33 y Las Casas se sacaba el lustre con una compra que ganó los asombros de los diarios y las revistas de actualidad. “Si otros pueden, yo también”.

No podía cantar ni el “arroz con leche” porque además tenía una voz aflautada casi de lata. Sin embargo, lo llevaron al teatro Maipo y apareció una temporada al lado de la atractiva Zulma Faiad. Su madre, Dominga Rullo, famosa por sus pastas con salsas distintas, fue contratada por Canal 9 para protagonizar “Los ravioles de doña Dominga” de innegable impacto popular. Su vida transcurría entonces por la bonanza “Yo nací para vivir a lo grande”, repetía con una simpatía contagiosa que jamás lindó con la fanfarronería para quienes lo conocimos de cerca. Quizás fue a Reno para asegurar su vida placentera. Ya tenía 33 años y su hora comenzaba a pasar dentro de las cuerdas, más allá de su otra gran pelea con Cassius Clay, con quien perdió por tres caídas en el último round. Jamás le contaron diez en el piso. Por eso tal vez lo tuvieron que derrumbar de un balazo.


 
Más de Bonavena en el blog del profesor Daniel Alberto Chiarenza

1 comentario:

Jorge Gómez dijo...

Estimado Veco:

Anoche me senté frente al televisor y (tengo DirecTV)veo que en Movie City están dando una película que me es familiar su historia... Es la historia del matrimonio Conforte, dueños del Mustang Ranch protagonizada por Helen Mirren y Joe Pesci. Por ende; la historia de nuestro querido Ringo Bonavena... aquí te dejo el link de la película en Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Love_Ranch