martes, 27 de octubre de 2009

El Ritual de Florencio Coronado y su Arpa

09 de octubre de 2009
Extraído de la página del programa "Noches del Sábado" de RPP



Las noticias para el arte peruano no son precisamente alegres, a la tristeza que significa la reciente pérdida de Arturo “Zambo” Cavero, se suma el delicado estado de salud del reconocido arpista Florencio Coronado, que a sus 92 años, lucha por superar una pancreatitis. Nosotros, queremos recordarlo transcribiendo un artículo que escribiera sobre él, nuestra colega Clara Rojas Miranda aparecida en la revista Énfasis.
"Cómo atrapar en palabras una melodía, describir emociones movilizadas por la magia de Florencio Coronado cuando interpreta en su arpa “Vírgenes del sol”. Con ella entabla un ritual de vida, de continuidad, de vitalidad que lo mantiene maravillosamente firme, a sus 83 años, su alegría toma forma de juventud y es un volver ha empezar porque para cada presentación él se prepara, ensaya los temas que harán al público aplaudir de pie.

El arpa surgió en el antiguo Egipto, pasó Asia, recorrió Grecia, Roma, España, llegó al Perú para quedarse en lo más profundo del ande, con los Danzantes de tijeras, instrumento inseparable de sus números. Ahora es parte de nuestro escenario.

Pero quien le devolvió a occidente pintada de Perú fue Estanislao Medina, pionero ya fallecido, lo siguió Don Florencio Coronado, él encarna el testimonio vivo de la historia musical andina.

Su primera arpa tenía cuerdas de tripa de res. Después de recorrer el mundo, sus cuerdas son alemanas, en ella ensaya nuevos registros aplicando la técnica aprendida en Hamburgo. Conversar con él es recorrer el tiempo, encontrar los nudos de nuestra historia, enriquecidos por una experiencia en constante búsqueda como es la vida de don Florencio Coronado.

Le robó al destino su arte, impulsado como estaba por su afán de tocar el arpa, aprendió a escondidas de su padre, desde los 7 años. Vio surgir, desarrollarse y desaparecer los discos de carbón. Sus anécdotas impregnadas de gracia son páginas de nuestra historia.

En aquella época de su aprendizaje no había orquestas, ni equipos estereofónicos, el Arpa era indispensable en las reuniones, la tarea de tocar empezaba a las doce hasta las 8 de la noche, infaltable en reuniones familiares, cumpleaños, bautizos. Eso cambió con el ingreso de los equipos, los discos. El Arpa desapareció del medio. Tampoco hay ejecutores. Los danzantes de tijeras lo mantienen vigente en Puquio, Parinacochas, Huancavelica. Las cuerdas de tripa han sido reemplazadas por alambres.

Con su arte recorrió Venezuela, Cuba, México, y América toda, tuvo presentaciones como solista, llegó a Europa, España, Alemania. Su memoria recorre importantes figuras de época como Lola Beltrán, Luis Aceves Mejía, el Trío los Panchos. Dámaso Pérez Prado fue mi gran amigo, dice.

Su ética artística lo impulsó a profundizar la técnica en Alemania, donde afirma mató la monotonía de su ejecución. Tomó parte en el primer festival iberoamericano, evento en el que Perú no envió ningún representante, y coincidió con su estadía en España, se presentó ganando el primer lugar en su género: Solista en Arpa.

Lo hicieron interpretar sus temas por siete veces, los estudiantes peruanos bajaron paseándolo en hombros por todo el escenario.

Sus recuerdos fluyen. “Así me presentaron esa noche: Hijo de América has venido hasta tu tierra, España te recibe con la ternura de una madre, has hecho flamear orgullosamente tu hermoso bicolor obteniendo el primer puesto como solista de arpa. Nos referimos al representante del Perú, Florencio Coronado. Me entregan una medalla, un hermoso diploma y un sobre blanco tamaño oficio que pesaba, a eso le tuve más estimación”, sonríe el concertista, después de ello, obtuvo varios contratos para la costa vasca francesa, San Juan de Luz, Burdeos, París. “Lugares hermosos, un sueño con ojos abiertos”, cuenta. En estos viajes aprendió el alemán y el francés, apremiado, sobre todo por comunicarse con una chica que le interesaba. Viajó por Italia, Venecia, Alejandría. Un año después regresa al mismo hotel donde estuvo en Alemania convocado para un trabajo, encuentra que la alemana de sus sueños continuaba trabajando allí, sin pensarlo dos veces la abordó más seguro de su alemán, ella entusiasmada le correspondió.

“Intimamos, yo hablaba mal, ella me corregía, fue una gran escuela para mí, lo que me sirvió en otras ciudades de Alemania, que son muy exigentes”.

Técnica, constancia y su sensibilidad lo ubicaron en un lugar sin rivales. Con cinco long play en su haber, aún espera la oportunidad de grabar en CD sus interpretaciones. Sobre la afición de los ayacuchanos por la música nos dice “el que no tocaba un instrumento, por lo menos tocaba la puerta”. Sus recuerdos mantienen fresco el presente, acaricia su arpa, una joya en plata con motivos que simbolizan el poder inca, desde 1942 es su fiel confidente. La toca entregado a ella en un ritual que parece empezar ahora."
N.R El gran Florencio Coronado, falleció el viernes 23 de octubre en una cama del hospital Edgardo Rebagliatti. Sufría de diabetes y se le complicó con una grave pancreatitis.Que Dios lo tenga en su gloria.

Florencio Coronado / Su Historia Musical

El arpa de Florencio Coronado

Cantera de Sonidos
Genaro Sotelo G.



Florencio Coronado Gutiérrez, nació en la ciudad de Ayacucho el 23 de Febrero de 1920. A los 8 años de edad empieza el aprendizaje del arpa. Su maestro fue el Sr. Aniceto Vivanco, un modesto empleado de la Corte Superior de Ayacucho. A los dos años de permanecer bajo la influencia del Sr. Vivanco, Coronado conoció al formidable arpista Daniel Morales, quien participó en el inicio del certamen folklórico de la fiesta de Amancaes, en 1928, que fue organizado por el Alcalde del Distrito del Rímac, Don Juan Ríos y auspiciado por el Presidente de la República, Augusto B. Leguía. Después de obtener el primer premio, el maestro Morales retornó a Ayacucho con lo que siguen las clases de arpa del pequeño Florencio. Lamentablemente para el discípulo, el maestro fallece a los tres meses de su retorno, y Coronado ya practica solo, y vive en acecho de otros arpistas para solicitar las clases anheladas.

Poco tiempo después recibe la invitación del señor Federico García Blasquez, Presidente del "Instituto Fraterno", Club musical de la juventud ayacuchana. En esta Institución, Coronado encuentra la oportunidad para desarrollar sus habilidades de arpista.

A la edad de trece años, ante el receso del " Instituto Fraterno", Coronado ingresó a otro centro musical en la misma ciudad, y más tarde, con algunos componentes, dejó la tierra natal contra la voluntad paterna, para recorrer los pueblos del Centro, realizando una verdadera odisea ya que Coronado no contaba con medios económicos; finalmente llegó a Lima en 1931.

Al establecerse en Lima, participa en el Concurso folklórico, realizado con motivo del "Día del indio". Obtiene el primer premio, una Medalla de oro. Desde entonces el antiguo empresario, Sr Juan Lepiane se interesa y lo contrata para presentarlo en los diferentes cines de Lima, Callao y balnearios.

En 1932, ingresa a la antigua Radio Nacional de Lima, emisora que funcionaba en el Jirón Washington, regentado por el desaparecido Sr. Guillermo Lazarte. Posteriormente Coronado forma parte del Conjunto Cuzco, dirigido por el guitarrista abanquino, Miguel Ángel Casas. Con éste realiza tres meses de actuaciones en Radio Dusa, Radio Internacional y Radio Lima.

El 18 de Enero de 1935, con motivo del IV Centenario de la Fundación de Lima obtiene otro primer premio. Diploma y Medalla de oro, triunfo este que le da oportunidad para recorrer las diferentes regiones del país, recopilando las gamas folklóricas y los vestuarios típicos de cada región. Con este bagaje de materiales, Coronado forma su propia Compañía, denominada: "La Compañía Peruana de Arte Folklórico Tahuantinsuyo”. Después de efectuar una intensa labor artística en todo el territorio nacional, sale del país al frente de su Compañía, recorriendo Ecuador, Colombia, Venezuela, Santo Domingo, Puerto Rico y demás islas de la Colonia Holandesa.

Después de permanecer tres años en la República de Venezuela y entre correrías por el interior de dicho país y concluidas las actuaciones en emisoras, teatros y salas de conciertos, recibe un contrato para tres recitales en el Teatro Nacional de San José de Costa Rica. Una vez terminada su actividad en este país, sigue su gira por toda la América Central y luego de salvar mil dificultades llega ingresar a México en 1952, teniendo oportunidad de filmar unos cortos de películas con "CLASA Films Mundiales" del Distrito Federal. Trabaja en radios, teatros, institutos culturales y realiza giras por los estados del país azteca.

En 1953, el “Club Interamericano de Mujeres" de la ciudad de México lo contrata para tres recitales en el "Palacio Nacional de Bellas Artes". Sus recitales tienen un éxito resonante, motivo por el cual, los fabricantes de los discos "Peerles de México" lo comprometen para la grabación de discos, y lo hace acompañado por la Orquesta de Agustín Lara, los mismos que se venden hasta la fecha en toda la América Central y en los Estados Unidos de Norteamérica.

Terminados sus compromisos en México, Coronado retorna a la Patria, vía Guatemala, San Salvador, Cuba, Haití, Venezuela, Colombia y Ecuador.

En el Perú permanece dos años en constante actividad artística, efectuando giras por el interior, trabajando y recopilando nuevos motivos musicales para luego llevarlas a otros mundos.

En 1957, nuevamente emprende viaje al exterior, en esta vez con destino a España, contratado por el famoso "Teatro de la Zarzuela" de Madrid y el Fomento de las Artes. Cosecha rotundos éxitos. Recorre las diferentes provincias españolas. Para el 4 de Julio de 1958 el "Instituto De Cultura Hispánica" de Madrid, organiza el Primer Festival del Folklore Hispanoamericano, en la Ciudad de Cáceres (Región Extremadura); a este magno certamen asisten las delegaciones artísticas de todos los países de América enviados por sus respectivos gobiernos, menos del Perú. Ante la ausencia de la delegación peruana, Coronado, al hallarse en sus giras por España, solicita extraoficialmente la inscripción. Participa, compitiendo con los arpistas oficialmente enviados por sus respectivos gobiernos de Paraguay, Chile, Venezuela, Ecuador y México; obtiene el galardón del premio especial a nombre de la Ciudad de Placencia, título honorífico que muy escasamente se otorga. El Jurado calificador lo proclama como el Primer Arpista Folklórico y Solista del Mundo. El Noticiero español "NO-DO" filma la actuación triunfal de Coronado en el Certamen y lo exhibe en todas las salas cinematográficas de España. La Crítica de la prensa mundial propala los triunfos del arpista ayacuchano en diferentes idiomas al mundo entero.

A raíz de este hecho laureado, los empresarios franceses contratan a Coronado para la temporada de verano en la Costa Vasca Francesa (San Juan de Luz). Después de cumplir este contrato, Coronado se presenta en el Teatro Municipal de Bayona, Biarritz y Burdeos. Posteriormente se dirige a París, donde los empresarios parisienes por exigentes y desconfiados lo someten a una demostración de capacidad artística; vencida esta dificultad llega a ser contratado y actúa en el más lujoso Cabaret: "Ciros". Por su magnífica actuación nuevos empresarios franceses hacen ofertas de contratos para nuevas actuaciones en los teatros "Alhambra" y "Olimpia”; igualmente lo contratan para la TV y Radio Europa de París, en los cuales cumple exitosamente su misión de difundir la música peruana tan desconocida por el público foráneo.

En el curso de estas actividades en la Ciudad Luz, el Delegado General de las "Juventudes Musicales" de Francia lo contrata y efectúa las tournées triunfales por toda Francia; igualmente graba discos en París, en el sello "Festival", por cuyos discos, auspiciados por la Sociedad Nacional de Caminos Ferroviarios de la Estación Norte de París, fue declarado ganador con 35,000 votos emitidos por los radioescuchas. Por este nuevo triunfo, Coronado recibe como premio un Diploma y Lámpara Simbólica para alumbrar las rutas del arte.

Posteriormente, Coronado es contratado por la TV de la BBC de Londres, donde actúa con los éxitos de siempre. Finalmente empieza otras giras por Alemania, Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Austria, Holanda, Italia, Egipto, Beirut, Grecia; asimismo actúa en el "Palacio de la Mediterrania" de Niza, Costa Azul de Francia. Como final de su gira por Europa actúa en Mónaco, en el Gran "Casino Montecarlo”.

A su vuelta a la Patria, se le honró en Julio de 1964 con la Condecoración de la "Orden del Sol", en el grado de Comendador, por acuerdo del Congreso de la República, Condecoración que fue impuesta por el Supremo Gobierno.

En Diciembre de 1966 viajó a la IX Feria Internacional de Cali - Colombia, con una delegación peruana, lugar en el que obtuvo la Llave Simbólica de la Ciudad de Cali.

El 18 de Mayo de 1967 viaja en su último peregrinaje para actuar en las presentaciones estelares de Miami, Nueva York, Boston y Los Ángeles, enviado por la Corporación Peruana de Turismo y Aerolíneas Peruanas S.A. APSA.


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Links:

Mago de las cuerdas - Jesús Raymundo (Suplemento"Semana" del diario "La Primera", 31 de agosto de 2008)
Un trío de solistas templando la historia - Raul García Zárate, Florencio Coronado y Jaime Guardia

Florencio Coronado : El Arpista

Febrero 09, 2008


Florencio Coronado

Florencio Coronado es uno de los arpistas peruanos más importantes el siglo XX (otros buenos arpistas, sólo para el caso de Ayacucho: Tany Medina, "Upa" Román, Máximo Damián, Antonio Sulca "Sonqosua", Paulino Pretell "Qurimaki", Glicerio Sánchez, Luciano Quispe, Otoniel Ccanyanchira, Rosauro Medina, Ciprián Sánchez, Pablo Minaya, etc. ). Paseó su arte por todo el mundo, concitando aplausos y premios innumerables. Su carrera artística tiene algunos puntos de comparación con la de Yma Sumac y Moises Vivanco: como Vivanco, Coronado era ayacuchano, con un talento musical innato, forjado en el seno de la cultura viva de su pueblo, con una gran apertura hacia la innovación musical, y -precisamente por ello- con una gran capacidad de universalizar su arte.

En esto, no le faltaron algunas críticas propias de quienes han defendido y defienden la "pureza" de la música indígena. Contra lo que fué una lúcida actitud de constante apertura hacia la mestización y el agiornamiento del canto indio como solución de continuidad y sobrevivencia, José María Arguedas no vió con buenos ojos los casos de Coronado y Vivanco, acaso porque hacían arreglos para encantar a oídos más diversos y plurales. Como en todo proceso de necesario cambio y evolución, los innovadores osados deben enfrentar siempre diversos grados de resistencia.

Cuál es la diferencia entre la tergiversación y la evolución: es muy difícil establecer fronteras claras, ya que los lenguajes se construyen en función de múltiples factores que los justifican, en algunos casos estos lenguajes en vez de limitarse a expresar una nueva realidad o circunstancia, son los que la definen de manera abstracta y confusa, se antepone así, el discurso a la realidad misma. Coronado y Vivanco construyeron un lenguaje que no habría tenido viabilidad sin el elemento indígena peruano, algo concreto y real que en sus manifestaciones más "puras" no hacía sino confirmar el hecho innegable del mestizaje: música indigena-rural ejecutada con instrumentos de origen europeo como el arpa. Su música es imposible sin este elemento de la realidad. Ambos, en sus características específicas e intransferibles, fueron unos adelantados de la globalización, unos osados que se atrevieron a enfrentar todo tipo de auditorio haciendo con excelencia lo suyo. Y triunfaron.

Washi Aragón, concertista de arpa cuzqueña residente en España, expone esta interesante opinión que nos ayuda a aquilatar la obra de Coronado:
" El Perú muy lamentablemente ha tenido muy pocos arpistas de renombre internacional, y sobre todo muy poco valorados dentro de los estamentos políticos, administrativos y sociales, e ignorados por quienes tienen la obligación de velar por el patrimonio artístico cultural de nuestro país. Muy pocos altos directivos del Instituto Nacional de Cultura se dieron la molestia de atender este apartado cultural. José Maria Arguedas, Josafat Roel y poco más. Soy hijo de Lino Gabriel Aragón Claros, compositor y músico canchino y cuzqueño, y por la amistad que tenía con Don Florencio Coronado tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en la ciudad del Cusco en una de sus giras artísticas. Conozco muy de cerca su brillante carrera artística como concertista de arpa. Artista internacional que representó a nuestro país en innumerables giras por diferentes paises del mundo. Dentro de mis investigaciones sobre el diatonismo del Arpa Andina Peruana, puedo considerar con conocimiento de causa a Don Florencio Coronado como uno de los más grandes representantes y cultores del Arpa Ayacuchana, dejando un legado muy importante para su tierra a traves de sus innumerables grabaciones, perennizando asi su estilo personal que hoy en día muy pocos cultores del arpa se atreven a seguirle los pasos, por que muy lamentablemente en el Perú de nuestros días EL ARPA se ha convertido en un instrumento vulgarizado por el populacho..."
Cantera de Sonidos
// marcela cornejo


Fuente:
Contratapa del disco “El arpa de Florencio Coronado”
Lima, Discos Sono Radio, 197?

jueves, 15 de octubre de 2009

Yungay, aquel 31 de mayo de 1970

Yungay
Sismo y Alud del 31 de mayo de 1970


Los yungainos, los ancestrales, vieron florecer, desaparecer y reconstruir su ciudad muchas veces, desde su aparición en la Cueva del Guitarrero hace 10.600 AC. La fertilidad de la tierra, el clima benévolo y la belleza natural del territorio hizo que sus habitantes enfrentaran los terremotos y aludes que destruyeron una y otra vez a los pueblos de la provincia, pero los Yungainos estuvieron siempre allí, desafiantes ante los desastres naturales , orgullosos por haber nacido en esa tierra fértil y hermosa. Reconstruyeron sus ciudades con la frente en alto, mirando siempre a los montes nevados como eternos compañeros. Ellos son mudos testigos de lo que fue Yungay en el pasado.

Existen vestigios de pueblos en Queushu (Huarca), Marccayoc, Huansakay, Humancayan, Etzahuain, Orqotunan, Uchuscoto, Jato Viejo, Kisuar, Collo-Jirca y Otros (todos con antigüedad de 1.500 años)

No existe datos históricos acerca de cuantas veces la ciudad de Yungay fue destruida por aludes en el pasado Prehispánico, pero se presume que la penúltima vez habría ocurrido 700 años antes de 1970, producto de un alud seguido de un terremoto, o al impacto de un cometa sobre suelo yungaino (durante el reinado del Inca Pachacutec , entre 1349 y 1408*). Existiría importantes vestigios de este hecho en antiguos pueblos destruidos o enterrados. Es por ello que el sabio Antonio Raimondi, escribe: "Yungay ha sido fundada sobre las ruinas de otro pueblo antiguo, observándose importantes restos de construcción, anteriores a la conquista (española), en el cerrito llamado Huansakay, situado cerca del Panteón".

(*)La fecha orresponde a la obra del cronista mayor de los Reyes de España, don Antonio de Herrera y Tordesillas titulada "Historia General de los hechos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano" de Editorial Guarania, Bs As. 1944-1945, 7 volumenes.

El 6 de Enero de 1725, un violento terremoto produjo el deslizamiento de nieve desde el monte Huandoy, lo que se convirtió en un alud, arrasando el pueblo de Ancash de una población de 1.500 habitantes, localizado a cuatro kilómetros al norte de la ciudad real de Yungay. Aquel día celebraban grandes festejos por la Epifanía del Señor y el cumpleaños del Alcalde de la localidad, don Melchor Punyan, cuando a las 2 de la tarde se desbordó una laguna glaciar arrastrando consigo millares de toneladas de lodo y piedras debastando al pueblo.

El 10 de Enero de 1962, se produjo un alud a las 06:05 pm por el desprendimiento de una enorme cornisa de hielo en el pico norte del monte Huascarán. La masa de hielo recorrió 16 km. a una velocidad de 120 km. por hora. Desaparecieron 4.000 habitantes y fueron borrados del mapa los pueblos de Ranrahirca, Shacsha, Huarascucho, Yanama Chico, Armapampa y Uchucoto. En esa oportunidad el alud paso a un kilómetro y medio al sur de la antigua ciudad de Yungay y a un kilometro al Norte de la ciudad de Mancos.

Antes de este alud, la ciudad de Yungay era una metrópoli conformada por los distritos de Mancos (al sur), Ranrahirca (al centro) y Yungay (al norte). Estaban unidos básicamente por una sola avenida, de un extremo al otro, es decir, se podía caminar por una calle desde el extremo sur de Mancos hasta el extremo norte de Yungay, confluyendo en un eje este, en forma transversal, los distritos de Yanama, Quillo, Matacoto, Cascapara y Shupluy. También este cordón umbilical unía a su gente y sus costumbres, habiendo desarrollado en ellos un ideal comun a través de cientos de años. Según el censo de 1961, la provincia tenia 36.063 habitantes, registrándose en Yungay 15.210 habitantes, Ranrahirca 2.456 y en Mancos 4.500.

Después del alud de 1962, una ola de cientos de inmigrantes llegaron a Yungay desde distintos pueblos y provincias cercanas porque lo llegaron a considerar "la ciudad mas segura del Callejón de Huaylas". La provincia realizó un enorme esfuerzo autofinanciando la ampliación de la infraestructura y servicios para los nuevos vecinos y cuando recién se reponía del alud del 1962, sucedió el sismo y alud del 1970.

El 31 de Mayo de 1970, a las 3: 23 pm, un violento sismo sacudió toda la zona, incluido el monte Huascarán, provocando el desprendimiento de gigantescas cornisas de hielo que cayeron inicialmente a lagunas y glaciares, causando un aluvión de aproximadamente 50 a 100 millones de m3 de masa morrénica lo que ocasionó la muerte de 22 mil yungainos, borrando del mapa la capital de Yungay, sus distritos y barrios como Hongo, Aira, Armapampa, Nuevo Shacsha, Nuevo Ranrahirca, Huarascucho, Chuquibamba, Caya, y Utcush Tullpa. La avalancha viajó unos 16 km. descendiendo verticalmente de 3.000 a 4.100 mts con una velocidad promedio de 280 km. por hora.

Aquel día terrible, el Ing. científico. Mateo Casaverde, acompañado del Geofísico francés G. Patzelt y su esposa se encontraban en Yungay. Describieron la catástrofe así:

"Nos dirigíamos de Yungay hacia Caraz, cuando a la altura del cementerio de Yungay se inicio el terremoto. ... Se podía advertir con mucha claridad el componente vertical de las ondas sísmicas, produciendo ligeramente grietas sobre el asfalto de la carretera. ... Abandonamos nuestro vehículo, prácticamente cuando el terremoto estaba terminado. Escuchamos un ruido de baja frecuencia, algo distinto, aunque no muy diferente del ruido producido por un terremoto. El ruido procedía de la dirección del Huascarán y observamos entre Yungay y el nevado, una nube gigante de polvo color arcilla.

Se había producido el aluvión; parte del Huascarán norte se venia abajo. Eran aproximadamente las 15:24 horas. En la vecindad donde nos encontrábamos, el último lugar que nos ofrecía una relativa seguridad contra la avalancha, era el cementerio, construido sobre una colina artificial en una huaca pre-incaica. Corrimos unos 100 mts de carretera antes de ingresar al cementerio, que había sufrido también los efectos del terremoto. Ya en este sitio atiné a voltear y dar una vista hacia Yungay. En ese momento, se podia observar claramente una onda gigantesca de lodo gris claro, de unos 60 metros de alto, que empezaba a romperse en cresta y con ligera inclinación e iba a golpear el costado izquierdo de la ciudad.

En la carrera, sobre las escalinatas, logramos alcanzar la tercera terraza y encontramos la vía hacia la tercera terraza, más obstruida, y con un hombre, una mujer y tres niños tratando de alcanzarla. Nos desviamos a la derecha, sobre la tercera terraza, cuando sentimos un golpe seco de látigo. Una porción de la avalancha había alcanzado el cementerio en su parte frontal, prácticamente a nivel de la tercera terraza. El lodo paso a unos cinco metros de nuestros pies. Se oscureció el cielo por la gran cantidad de polvo, posiblemente originado de las casas destruidas de Yungay. Volteamos la mirada: Yungay con sus varios miles de habitantes había desaparecido ".

Extraído de la página http://www.yungayperu.com.pe/sismo.htm





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